Estados Unidos: Cuando el Río Suena, Piedras Trae

Las Primarias en curso en Estados Unidos han dejado perplejos a periodistas y analistas del acontecer político de ese país. En forma inesperada Trump en el lado republicano y Sanders en el lado demócrata, han conquistado una cantidad de votos que muestran que  sus discursos sintonizan con las grandes preocupaciones del electorado.

A contrario sensu, candidatos tradicionales, periodistas y analistas parecen hablar un lenguaje de extraterrestres que maldito el interés que provoca en buena parte de la ciudadanía.

El terremoto político de Estados Unidos no puede tener causas menores. Ya las encuestas de opinión mostraban el año pasado un profundo descontento con los partidos y dirigentes tradicionales de la política norteamericana. Este Blog dio cuenta de ello en una columna a propósito de los resultados de la Primarias en New Hampshire. ¿Cuál podría ser la razón de tanta inquietud y molestia?




El hecho más relevante  que ha sucedido en Estados Unidos en los últimos años es la llamada crisis Sub Prime, la crisis de la deuda que alcanzó niveles insoportables y que se manifestó en los años 2007 y 2008. Diversas medidas se adoptaron para evitar el colapso del sistema financiero de Estados Unidos, entre ellas el "Quantitative Easing" con seguridad la más importante y que llevó las tasas de interés de Estados Unidos casi a cero. ¡Bien por los bancos e instituciones financieras! Pero, ¿Qué hubo de los ciudadanos comunes y corrientes? ¿Cuántos perdieron sus casas? ¿Cuántos perdieron sus trabajos? ¿Qué pasó con las rentas de los que ya están retirados y dependen de las tasas de interés que se le apliquen a los fondos que ahorraron a lo largo de su vida y que generan rentas de las cuales ellos viven? Por mucho que se haya querido atenuar las consecuencias financieras de la crisis, ella dejó una profunda herida en el tejido social norteamericano.

John Mauldin  destacado analista financiero en Estados Unidos, incluyó en la última carta que escribió de recomendaciones al futuro Presidente de los Estados Unidos, tres gráficos que son elocuentes para entender la potente reacción de la ciudadanía en contra de la política tradicional. El primero muestra que la "mediana" de los ingresos familiares en Estados Unidos está en el mismo nivel real que hace veinte años y diez por ciento más bajo que el nivel anterior a la crisis Sub Prime.

Según el segundo gráfico los haberes de las familias en tanto, se han reducido en 40% entre el 2007 y el 2013.

El tercer gráfico muestra que el ingreso por hora de los trabajadores norteamericanos entre el 2007 y el 2014 se redujo en 5,9% para la categoría de trabajadores más afectados, los que tienen algunos estudios universitarios. Le sigue la categoría de los trabajadores sin educación Media cuyos sueldos cayeron 5,2%.

Para rematar el conjunto de cifras que desnudan la tragedia de los hogares norteamericanos, la guinda de la torta. El 0,1%  de la población, los más ricos, que en el 1975 se llevaban el 2,6% del ingreso del país, en el 2008 lograron el 10,4%. ¿Alguna duda de por qué la gran mayoría de los norteamericanos se siente traicionada por la clase política que ha dirigido a la sociedad norteamericana y que parece haber concentrado sus preocupaciones en defender a los más ricos  a expensas de la gran mayoría de la población?

Los políticos que lleguen en el futuro tendrán no solo que parecer sino que ser serios para ponerle coto a las políticas que tan gravemente han afectado al 90% de los norteamericanos. Ha hecho bien el Presidente Obama en permitir que bajen los precios del petróleo gracias a una afluencia de abastecimiento que provienen de países castigados (Iraq e Irán y del mismo Estados Unidos) terminando con el absurdo monopolio que se le regaló por tantos años a los saudíes y otras bestias afines del Golfo. Ahora corresponde terminar con el desmedido gasto en defensa, (superior al de todos los demás países del planeta juntos), que se supone garantiza la paz en el mundo( aunque la experiencia parece probar lo contrario) y financiado con los impuestos que pagan los contribuyentes norteamericanos. Llegó la hora de terminar con el secuestro de la economía norteamericana a manos de los intereses del petróleo y de la industria de la defensa. Así no es  absurda la propuesta de Trump de bajar de manera drástica el presupuesto de la OTÁN que financia Estados Unidos.

Liberar el mercado del petróleo permitiendo que todos los productores puedan usufructuar de él en directo beneficio de los consumidores, y reducir los recursos que usa la Defensa en Estados Unidos, no solo contribuiría a un mundo más apacible. Le quitaría frenos a la economía norteamericana y estimularía el consumo y la inversión productiva. Podría ser la palanca que empuje  la recuperación de la economía del 90% de los ciudadanos de Estados Unidos